Bahía Solano y Nuquí se convierten en un escenario privilegiado para el avistamiento de ballenas jorobadas, que cada año, entre julio y octubre, llegan desde la Antártida en busca de aguas cálidas para reproducirse y dar a luz. Este fenómeno natural transforma sus costas en un verdadero santuario marino, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de presenciar un espectáculo inolvidable en plena armonía con la naturaleza.